Hábitos atómicos la guía definitiva para romper con comportamientos vacíos y adoptar los buenos en cuatro pasos. Este libro te enseña cómo repitiendo pequeñas rutinas diarias se convierten en grandes cambios con el tiempo.
Hábitos atómicos en tres Frases:
- El cambio real proviene de los efectos compuestos de cientos de pequeñas decisiones o hábitos que con el tiempo se acumulan para producir resultados notables.
- Para lograr nuestros objetivos, primero debemos construir sistemas hechos de procesos y hábitos únicos que nos lleven a nuestros objetivos.
- Los hábitos son el interés compuesto de la superación personal: son las cosas buenas y malas que hacemos todos los días las que se combinan con el tiempo para crear un cambio real.
¿Qué son los hábitos atómicos?
Los hábitos atómicos son pequeños hábitos que, incorporándolos, tienen la capacidad cambiar tu vida. Éstos, se confeccionan a través de cuatro leyes.
Las Cuatro Leyes para generar hábitos
El libro de Hábitos Atómicos de James Clear, está compuesto por 20 capítulos, conclusiones y apéndice. Los primeros tres capítulos están escritos en forma de introducción y los tres últimos se estructuran en forma de recordatorio para mejorar los procesos de los hábitos ya adquiridos. En gran parte de la lectura, se explican las Cuatro Leyes del Cambio de Conducta, que son, a grandes rasgos, la adquisición de nuevos hábitos. Éstos, se comprenden a través de cuatro fases:
- Hazlo obvio. Se corresponde con la señal.
- Hazlo atractivo. Pertenece al anhelo.
- Hazlo sencillo. Es la respuesta.
- Hazlo satisfactorio. Tiene que ver con la recompensa.
Aquí tienes un ejemplo de la creación de un hábito, como por ejemplo, hacer más deporte.
- Preparar la ropa de deporte el día anterior y dejarla en un lugar visible.
- Planea hacer deporte con amigos / Planea los beneficios de hacer deporte
- No te compliques. Empieza saliendo a correr por tu vecindario o en un gimnasio cercano.
- Entrena lo que más te apasione.
James Clear explica que cuando eres consciente de que puedes cambiar tu rutina puedes utilizar a tu favor las diferentes señales que te ayuden a implementar un hábito. Además, Clear explica que el tiempo y el espacio serán fundamentales para adquirir un nuevo hábito.
Estas cuatro leyes se pueden invertir. Es decir, igual que un hábito se puede hacer obvio, atractivo, sencillo y satisfactorio, también puede perseguirse lo contrario si queremos abandonar una costumbre: hacerla invisible, poco atractiva, difícil e insatisfactoria.
Se necesita tiempo para crear un hábito o romper uno malo y es por eso que la mayoría de las personas lo dejan a la mitad.
El tiempo magnifica el margen entre el éxito y el fracaso. Multiplicará todo lo que le des de comer. Los buenos hábitos hacen del tiempo tu aliado. Los malos hábitos hacen del tiempo tu enemigo.
Para conseguir grandes cambios se necesita trabajar duro. Aun así, si se te resiste la tarea, o no da los frutos que esperabas, no desesperes. Una vez establecido el hábito, revísalo. Siempre hay opción de mejora y el estar en el camino es suficiente para lograr cualquier objetivo, tarde lo que tarde.
Para formar buenos hábitos, hazlos parte de tu identidad
Nuestros hábitos deben ser parte de nuestra identidad y nos ayudarán si son el punto de partida para construirla. La mayoría de nosotros nos equivocamos en esto: hacemos el camino inverso, comenzando con los resultados y de ahí, vamos hacia atrás. Sin embargo, cuando un hábito proviene de lo que somos, nos puede servir como la mejor forma de motivación
Tal como se explica en el libro, detrás de todo sistema de acciones hay un sistema de creencias.
- El objetivo no es leer un libro, el objetivo es convertirse en lector.
- El objetivo no es correr una maratón, el objetivo es convertirse en atleta.
- El objetivo no es aprender a tocar un instrumento, el objetivo es convertirse en músico.
Asimismo, en ocasiones pensamos que solo las personas virtuosas pueden triunfar. Pero, ni el talento ni el conocimiento nos servirán de mucho si no tomamos las riendas.
Está claro que estamos condicionados por nuestro entorno, personalidad y genética. Por lo tanto, tal como sugiere el libro, debemos de encontrar una identidad que sea acorde a nuestras capacidades y que nos permita generar hábitos, acorde a lo que nos sea más fácil de hacer, lo que genere menor resistencia. Si volvemos a las leyes, esto está fuertemente vinculado con la Tercera Ley: hazlo sencillo. Por supuesto que la genética no lo es todo, sin embargo, hay veces en la que sí es determinante y aceptar los dones que nos han sido concedidos será determinante.
Conclusión sobre Hábitos Atómicos
A modo de conclusión, el último factor que está en juego es el de la motivación. Es sencillo trabajar cuando se está motivado. Eso lo puede hacer cualquiera. Eso sí, tan solo las personas con fuerza de voluntad son capaces de trabajar cuando no tienen ganas. Sobrepasarse y entender el aburrimiento que supone repetir una y otra vez el mismo hábito marca la diferencia. Eso es lo que, según James Clear, separa a los aficionados de los profesionales.